miércoles, 16 de julio de 2014

ROMANCE DE LA DISPUTA DE MILAGROS GÓMEZ CARRASCO Y CARMEN MATA DE MONTIEL

Ventana que ventanase
no ventanara tan bien
como la de Carmen Mata,
de los Mata de Montiel,
cuando en la octava del Corpus,
poco antes de las diez,
viera pasar a Milagros
corriendo a todo correr:
“Milagros Gómez Carrasco,
quién te ha visto y quién te ve,
antes estola de armiño,
hoy chándal de ‘todo a cien’;
antes vestidos de Gucci,
ahora de ca’Manuel;
bolso de plástico ahora,
de piel de Loewe ayer.
De tanto que presumías,
y hoy no tienes qué poner.
Con qué garbo representas
lo que era y lo que es”.

Esto que escucha Milagros,
bien lo quiere responder:
“Carmen Mata, Carmen Mata,
si matas, remata bien,
y guárdate tu veneno,
que más que veneno es hiel.
Chándal llevo, ciertamente,
no vestido de lamé,
pero es mío por derecho,
no del Banco Santander,
como es mío mi marido;
tu Juan, lo habremos de ver,
que rondando a tu vecina
lo han visto más de una vez”.

Harto se enoja la Mata,
esto dice la mujer:
 “Milagros Gómez, Milagros,
serpiente de cascabel,
eso que dices ahora,
ya me lo dirás después,
porque tenemos que vernos
en la calle, o ante el juez”.

Milagros da media vuelta,
que no quiere responder.
En busca va de su Paco,
la tiene que defender,
que afrenta tan afrentosa
tiene que vengarse bien.



©Miguel Argaya