ESTA
SELVA SELVAGGIA E ASPRA E FORTE
Ayer,
la incertidumbre me arrastró durante todo el día demasiado adentro de esa
"selva selvaggia e aspra e forte" con que Dante definiera la antesala
del infierno. ¡Qué lejos, y qué hirsuta, y qué profunda la selva cotidiana!
Sólo volver al Parque del Oeste, reencontrarme a la tarde con Rosales -mi
Virgilio-, pudo devolver un poco de cordura a mi mirada.