EL POETA

Miguel Argaya nace en Valencia en 1960. Entre 1982 y 1986 ejerce periódicamente la crítica literaria en el diario Las Provincias de Valencia. En esos años toma contacto con otros poetas valencianos de su generación, como Vicente Gallego, y de generaciones anteriores, como Alfonso López Gradolí, Antonio Carlos González y Jaime Siles. En 1986 recibe una beca de ayuda a la creación literaria del Ministerio de Cultura para su novela La noche de Norma, que permanece inédita. De hecho, su única publicación exenta en prosa literaria hasta el momento es de 1984: un relato llamado "Xerón", inserto en un modestísimo volumen colectivo autoeditado en offset al alimón con su amigo Jorge García-Contell.
En 1987 se traslada por motivos laborales y personales a Talavera de la Reina (Toledo). En 1989 funda y dirige la revista de literatura Omarambo (1989-1992), subvencionada por el Excmo. Ayto. de Talavera y cuyo primer número acoge un estudio y algunos poemas del que años más tarde será Premio Nobel, el poeta irlandés Seamus Heaney. A finales de 1989 recibe el premio internacional de poesía Rey Juan Carlos I por su obra Luces de gálibo, y dos años más tarde un accésit del prestigioso premio Adonais para Geometría de las cosas irregulares.
En 1996 se beneficia de una nueva beca de ayuda a la creación literaria para su poemario Laberinto de derrotas y derivas. En 1998 funda y codirige con Jaime Olmedo la revista-anuario de poesía y pensamiento Norma editada por la asociación "Casa de los Obreros San Vicente Ferrer" de Valencia y que le sirve de plataforma para lanzar su tesis contra los relativismos lectores y a favor de la recuperación de una poesía humanizada. En el año 2000 obtiene el V Premio Internacional de Poesía Luys Santa Marina-Ciudad de Cieza para su libro Pregón de trascendencias.
A nivel nacional, su nombre aparece catalogado en diversos repertorios: Los nuevos nombres: 1975-1990 (José Luis García Martín, Barcelona, Crítica, 1992; colección Historia y Crítica de la Literatura Española, al cuidado de Francisco Rico), Quinta antología de Adonais (Madrid, Rialp, 1993), Milenio. Ultimísima poesía española (Basilio Rodríguez Cañada, Madrid, Sial, 1999),  La voz y la escritura (Miguel Losada, Madrid, ONCE, 2001), Los ojos dibujados. El autorretrato en la poesía española y el arte contemporáneos (L. Saval y J. A. Mesa Toré, Málaga, Litoral, 2002), Diccionario bibliográfico de la poesía española del siglo XX (Ángel Pariente, Sevilla, Renacimiento, 2003), Diccionario Espasa de la Literatura Española (Jesús Bregante, Madrid, Espasa-Calpe, 2003), 
Como poeta valenciano, ha sido incluido en varias antologías: La poesía valenciana en castellano, 1936-1986 (P. de la Peña y otros, Valencia, Víctor Orenga, 1986), Inventario. Poesía en Valencia, últimas propuestas (Valencia, Mestral Libros, 1987), Vita nuova. Antología de escritores valencianos en el fin de siglo (Ricardo Bellveser, Valencia, Ayuntamiento, 1993).
Integrado durante dos décadas en la poesía castellano-manchega, su nombre se ha visto igualmente incluido en antologías de esta región: Mar interior. Poetas de Castilla-La Mancha (Miguel Casado, Ciudad Real, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, 2002) y La tierra iluminada. Un diccionario literario de Castilla-La Mancha (Francisco Gómez-Porro, Albacete, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, 2003).
 Bibliografía de referencia

Bibliografía general específica sobre el autor
Álvarez, Cecilia: "Miguel Argaya o la constante búsqueda de la conciencia", en diario Tenerife, Tenerife, martes 29 de septiembre de 1998 (suplemento "Archipiélago Literario"; pág. V).
Olmedo Ramos, Jaime: Retorno a la memoria y al "pathos" (La obra poética de Miguel Argaya). Talavera, Asociación Cultural "Paralelo 40"/Editorial Gráficas del Tajo, 1996.
Bibliografía no específica en que también se menciona al autor
Colinas, Antonio: "La poesía", en Letras Españolas 1987. Madrid, Castalia/Ministerio de Cultura, 1988 (Colección "Literatura y Sociedad, nº 44); pág. 65.
Falcó, José Luis: "La poesía: vanguardia o tradición", en Revista de Occidente, Madrid, nº 122/123, julio-agosto de 1991 (monográfico "España a comienzos de los noventa"); págs. 170-186.
Galanes, Miguel: "El tiempo de los profanadores (de los años setenta en adelante)", en VV.AA.: Medio siglo de Adonais, 1943-1993. Madrid, Rialp, 1993; págs. 75-92.
Lanz, Juan José y Jiménez Millán, Antonio: "Periodización de la poesía actual", en VV.AA.: Los nuevos nombres, 1975-2000. Barcelona, Crítica, 2000 (Colección "Historia y crítica de la Literatura Española", nº 9, primer suplemento); pág. 126.
Siles, Jaime: "Dinámica poética de la última década", en Revista de Occidente, Madrid, nº 122/123, julio-agosto de 1991 (monográfico "España a comienzos de los noventa"); págs. 149-169.
Antologías o diccionarios bibliográficos en los que se le incluye
Anónimo: Inventario. Poesía en valencia, últimas propuestas. Valencia, Mestral, 1987; págs. 171-182. Incluye una breve poética del autor.
Ballester Añón, Rafael, González, Antonio Carlos y Peña, Pedro J de la: La poesía valenciana en castellano, 1936-1986. Valencia, Víctor Orenga, 1986 (Colección "Hojas del sueño", nº 7); págs. 355-358. Incluye un poema hasta hoy inédito en libro.
Doplicher, Fabio: Antologia europea. La prospettive attuali della poesia in Europa. Formia (Italia), Stilb, 1991 (Colección "Quaderni di Stilb, s/n); pág. 99. Contiene dos poemas de Elementos... traducidos al italiano por Emilio Coco.
Anónimo: Quinta antología de "Adonais". Madrid, Rialp, 1993 (Colección "Adonais", nº 500-501); págs. 190-191 y 229.
Bellveser, Ricardo: Vita Nuova (Antología de escritores valencianos en el fin de siglo). Valencia, Ajuntament, 1993 (Colección "Escritores valencianos", nº 2); págs. 294-296.
Beltrán, José Carlos: Peñíscola y los poetas. Homenaje. Castellón, Hostelería Castellana, 1995; págs. 17 y 84-85. Incluye un poema hasta hoy inédito.
García Martín, José Luis: "La poesía", en VV.AA.: Los nuevos nombres, 1975-1990. Barcelona, Crítica, 1992 (Colección "Historia y crítica de la Literatura Española", nº 9); pág. 125.
Sorel, Andrés: Diccionario de escritores. Quién es quién en las letras españolas. Madrid, Cedro/Asociación Colegial de Escritores de España, 1996; págs. 29-30.
Rodríguez Cañada, Basilio: Milenio. Ultimísima poesía española (Antología). Madrid, Celeste/Sial, 1999 (Colección "Contrapunto", nº 7); pág. 609.
Losada, Miguel: La voz y la escritura. 80 propuestas poéticas desde los viernes de La Cacharrería. Madrid, Dirección General de Juventud de la Comunidad de Madrid / ONCE, 2001; pág. 243-246.
Ricart, J.: 20 anys de poesia a la universitat. Carcaixent (Valencia), Edicions 96, 2001; págs. 38-40.
Olmedo, Jaime: “Nada que no sea verdad” (La poesía humanizada en el umbral del siglo), en Norma. Anuario de poesía y pensamiento, Nº 4, Valencia, Casa de los Obreros “San Vicente Ferrer”, 2001; págs. 97-100.
Mesa Toré, José Antonio: Los ojos dibujados. El autorretrato en la poesía española y el arte contemporáneos. Málaga, Litoral, nº 234, 2002; pág 260.
Casado, Miguel: Mar interior. Poetas de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, 2002; págs. 415-425.
Gómez.Porro, Francisco: La tierra iluminada. Un diccionario literario de Castilla-La Mancha (2 vols.). Albacete, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, 2003; vol. 1, págs. 73-74.
Pariente, Ángel: Diccionario biográfico de la poesía española del siglo XX. Sevilla, Renacimiento, 2003; pág. 45.
Reseñas en prensa
-Sobre Elementos para un análisis específico de los poblamientos indígenas
González, Antonio Carlos: "Análisis del fundamento en Miguel Argaya", en diario Las Provincias, Valencia, 13 de junio de 1987; pág. 44 (sección "El Diván").
Valverde Azula, I[nés]: "Elementos para un análisis específico de los poblamientos indígenas, de Miguel Argaya", en diario La Voz del Tajo, Toledo, sábado 13 de mayo de 1989, nº 1015; pág. 12 (sección "Tú verás"; pág. II).
-Sobre Luces de gálibo
         Álvarez-Ude, Carlos: "Las trampas de la tradición. Luces de gálibo, de Miguel Argaya", en diario El Sol, Madrid, año II, nº 330, viernes, 19 de abril de 1991 (suplemento "Los libros de El Sol", nº 43, pág. 7).
Anónimo: "Miguel Argaya", en El Urogallo. Revista literaria y cultural, Madrid, nº 64-65, septiembre-octubre de 1991; pág. 84.
Galán, Sagrario: "Pasado y presente", en Ráfagas. Revista cultural del Barrio de San Blas. Revista de Artes y Letras, Madrid, Año IX, nº 37, 1991; pág. 19.
González, Antonio [C]arlos: "Luces de gálibo, de Miguel Argaya", en El Mono-Gráfico, Valencia, nº 1, diciembre de 1990; pág. 61.
Hierro, Nicolás del: "Argaya, Miguel. Luces de gálibo", en Valor de la palabra, Madrid, Asociación Prometeo de Poesía, edición 25, mayo de 1991; pág. 13.
López Gradolí, Alfonso: "Luces de gálibo, de Miguel Argaya", en La Nación. Semanario independiente, Madrid, Año I, nº 3, 11 de junio de 1991; pág. 24.
Peña, Pedro J. de la: "Omarambo y gálibo", en diario El Mundo, Madrid, Año III, nº 469, 10 de febrero de 1991; pág. 39 (sección "La Esfera").
Sastre, Santiago: "El laberinto veraz de Miguel Argaya", en diario El Día de Toledo, Toledo, Año V, nº 964, domingo 17 de marzo de 1991 (suplemento "El Día Dominical"; pág. 21).
Valverde Azula, Inés: "Luces de gálibo, de Miguel Argaya", en diario  La Voz del Tajo, Toledo, 4 de mayo de 1991; pág. 10.
Valverde Azula, Inés: "Como luces de gálibo en la noche (Una poesía para espacios soñados)", en Ínsula. Revista de letras y ciencias humanas, Madrid, Año XLVI, nº 536, agosto de 1991; pág. 31.
  -Sobre Geometría de las cosas irregulares
Albaicín, Joaquín: "El nombre propio de un poeta", en diario ABC, Madrid, nº 28.421, martes 24 de agosto de 1993; pág. 18 (sección "Opinión").
Beño, [Pascual Antonio]: "Geometría de las cosas irregulares, de Miguel Argaya", en Manxa, Ciudad Real, Grupo Literario "Guadiana", nº 26, diciembre de 1992; pág. 37.
Bueno, Eugenio: "Espacios del alma", en diario La Voz de Avilés, Avilés, jueves 30 de julio de 1992 (suplemento "Jueves Literarios", pág. II).
García de la Concha, Víctor: "Geometría de las cosas irregulares. Miguel Argaya", en semanario ABC Cultural, Madrid, nº 50, viernes 16 de octubre de 1992; pág. 8.
Hierro, Nicolás del: "Geopoética", en diario El Día de Toledo, Toledo, jueves 15 de octubre de 1992; pág. 4.
-Sobre Carta triste a Jorge
Andú, Fernando: "Lunes del alma", en diario El Heraldo de Aragón, Zaragoza, 28 de octubre de 1993.
Barrera, José María: "Carta triste a Jorge. Miguel Argaya", en ABC Cultural, Madrid, nº 104, viernes 29 de octubre de 1993; pág. 8.
Bellveser, Ricardo: "Carta con Wagner, ruido y noche", en diario Las Provincias, Valencia, 15 de mayo de 1994; pág. 56.
Estevan, Manuel: ""Una epístola del vivir", en diario El Heraldo de Aragón, Zaragoza, 30 de febrero de 1994.
Hierro, Nicolás del: "Carta triste a Jorge", en diario El Día de Toledo, Toledo, sábado 4 de diciembre de 1993; pág. 4.
López Gradolí, Alfonso: "El sutil equilibrio del juego constructivo", en Turia. Revista cultural, Zaragoza, nº 27, marzo de 1994; págs. 253-255.
Parra Pozuelo, Manuel: "Sobre una carta triste", en Gorc. Cuaderno de Libros, nº 8, febrero de 1994.
-Sobre Curso, caudal y fuentes del Omarambo
Hierro, Nicolás del: "Miguel Argaya o la armonía existencial", en semanario El Mundo Comarcal, Talavera, viernes 23 de enero de 1998, sección "Cultura y Tiempo Libre"; pág. 3.
Moya, Manuel: "Argaya, Miguel: Curso, caudal y fuentes del Omarambo", en Norma, Anuario de poesía y pensamiento, Valencia, nº 2, 1998; págs. 90-92.
Olmedo Ramos, Jaime: "Presencia en la palabra", en Turia. Revista cultural, Zaragoza, nº 43-44, marzo 1998; págs. 366-368.
Sastre, Santiago: "Miguel Argaya y la aventura de la conquista propia", en Hermes, revista estacional de poesía, Toledo, Año III, nº 10, invierno 1998; págs. 85-87.
Tobalina, Ramón S.: "Curso, caudal y fuentes del Omarambo, de Miguel Argaya", en Corondel, Catálogo de cultura, Valencia, nº 7, Otoño-Invierno, diciembre de 1998; págs. 14-15.
-Sobre Laberinto de derrotas y derivas
Bedins, Juan Luis: "El yo en el laberinto", en El Mono-Gráfico, Revista literaria, Valencia, Año IX, nº 12, 1999; págs. 30-31.
Moya, Manuel: "Laberintos", en El Correo de Andalucía, sábado 12 de junio de 1999; pág. 4 (sección "La Mirada").
Olmedo Ramos, Jaime: "Laberinto de derrotas y derivas, de Miguel Argaya", en Norma, Anuario de poesía y pensamiento, Valencia, nº 2, 1999; págs. 112-114.
-Sobre Pregón de trascendencias
Busquets-Mataix, Mar: “Pregón de trascendencias, de Miguel Argaya”, en Corondel. Catálogo de cultura, nº 10, Valencia, abril de 2002; pág. 12.
Olmedo Ramos, Jaime: "Pregón de trascendencias, de Miguel Argaya", en Norma, Anuario de poesía y pensamiento, Valencia, nº 3, 2000; págs. 92-95.
-Sobre La Ciudad El Deshielo La Palabra
Olmedo Ramos, Jaime: "La Ciudad El Deshielo La Palabra", en Artes_Hoy. Revista digital de las artes, nº 21, mayo de 2007, 21-05-2007.
Ginés, Antonio Luis: "Ciudad y deshielo", en Diario de Córdoba, 9 de octubre de 2007 (Suplemento Cuadernos del Sur).

 Opiniones
 Sobre Elementos para un análisis específico de los poblamientos indígenas
*[Elementos…] "me ha interesado sobre todo en dos aspectos: admite una triple lectura inteligentemente planteada como aparente prospección arqueológica, como historia erótica y como búsqueda estética de la poesía. El otro aspecto que destacaría es la selección muy peculiar de vocabulario que incluye ciertos tecnicismos del ámbito propio que la ficción del texto plantea y en ello reside, a mi modo de ver su acierto y su mayor riesgo porque la aventura requiere una especial sensibilidad lingüística" (Amparo Amorós, 1987).
*"Poesía de tierra, pasados y presentes, por el ritmo del eros descubridor que hace que esos poemas sean un libro, una lectura encadenante de esa mujer-tierra que me parece, con lo difícil que es no reiterarla, aquí nueva" (José Carlos Rovira, 1987).
*"Elementos... es, pese a su estructura engañosa, un solo poema que yo definiría, con perdón, como místico. Hay voluntad de desentrañamiento, de desnudo, de viaje hacia el centro mismo de la tierra, que al fin y al cabo no deja de ser un viaje hacia las entrañas de uno mismo a través de ese fuego que arde perennemente en nosotros y que es la necesidad de conocimiento, de luz, en definitiva" (Manuel Moya, 1994).
 
 Sobre Luces de gálibo
*"Me ha seducido el equilibrio entre la rememoranza (inevitable en nosotros, que tenemos tanta historia por detrás) y la lucidez de lo reflexivo, esa serena prospección indagadora" (Ángel L. Prieto de Paula, 1991).
*"Me atraen sobre todo la elegante elocución y el despliegue de su tono meditabundo muy personal y eficiente. Creo que en este libro se confirma algo esencial: la perfecta adecuación entre la experiencia vivida y una experiencia lingüística" (José Manuel Caballero Bonald, 1991).
*"Me ha entusiasmado. Hacía tiempo que no disfrutaba de la sorpresa de encontrarme con una poesía distinta y, al mismo tiempo, profundamente auténtica " (Alfonso Canales, 1991).
*"…poemas, clásicos y modernos a la vez (cosa rara hoy), y con la contención suficiente para que no resulten palabreros (otro mal contemporáneo)" (Francisco Bejarano, 1991).
*"Se trata de una obra muy segura de arquitectura y de ritmo y sugerente, variada y original en los contenidos. Los poemas que más me han interesado tienen todos la emoción y la intimidad del recuerdo, la luz melancólica de los antiguos días y lugares. En todos ellos está presente ese aire inconfundible y conmovido de la auténtica poesía" (Eloy Sánchez Rosillo, 1991).
*"Es un libro hondo, donde pensar y sentir se funden con tiempo y vida, con memoria y presencia. Como decía Whitman, tocar este libro es tocar a un hombre. Sí, y además sumergirnos en las aguas eternas que corren desde las jarchas hasta los escasísimos poetas verdaderos que hoy publican versos" (Rafael Morales, 1991).
 
 Sobre Geometría de las cosas irregulares
*"Es un libro importante y de agradabilísima lectura" (Luis Alberto de Cuenca, 1992).
*"Su estructura es perfecta y su lenguaje, lleno de referencias anecdóticas y culturales, no excluye en absoluto la emoción" (Carlos Murciano, 1992).
*"¡Cuántos registros, desde la ternura hasta la nostalgia, desde lo familiar e íntimo hasta lo universal! Lección de vida es este libro y lección de verdadera poesía" (Fernando de Villena, 1992).
*"...la inteligente obra de Miguel Argaya, Geometría de las cosas irregulares; donde los silencios creativos, la interiorización, las contradictorias realidades y la interpretación personal del mundo definen la independencia del individuo, que es de lo que se trata" (Miguel Galanes, 1993).
 
 Sobre Carta triste a Jorge
*"Ritmo y fuga. Buena arquitectura la de Carta triste a Jorge. Un discurso emocionante y culto acerca del silencio, el tiempo y la memoria" (Rafael Pérez Estrada, 1993).
*"Pocas veces la epístola, el viejo y clásico género poético, ha alcanzado tal grado de 'silencio intimista'. Es bellísima" (Mª del Pilar Palomo, 1993).
*"Es un libro hermoso, uno de esos libros que saben engarzar muy atinadamente emoción y pensamiento" (José Luis García Martín, 1993).
*"[E]n este libro, bajo su apariencia lenta y serena, hay una verdadera carga de intensidad y mucha sabiduría" (Luis García Montero, 1993).
*"Carta triste a Jorge lo reconcilia a uno con la poesía que ama, aquélla en que las palabras sirven no para asfixiar entre pacotilla los sentimientos y las reflexiones, sino para canalizarlos y darles salida. Es un libro que, en una maravilla 'prosaica' (el domingo que se asoma a otro lunes de clases, la música que se oye, la calle Samaniego...), revela su hermosura con madurez y sin ostentación. Y, además, lo dice todo pero lo calla, también, todo (Ángel L. Prieto de Paula, 1993).
*"[E]s un libro de profundas intenciones, el libro que alguna vez es necesario escribir (…), no sólo un paso adelante -hay que ser valiente para darlo- sino un paso hacia lo 'hondo', en el sentido que los andaluces atribuimos al término. 'Carta...' es un libro sincero, un libro que ahonda ahí donde más duele" (Manuel Moya, 1993).
*"Es un poema que he disfrutado de principio a fin. Es un poema privado y es un poema arriesgado, y por ambas cosas me ha sorprendido. El hecho de que muchos poetas de nuestra edad hayan empezado a publicar jóvenes ha favorecido, a veces, un lenguaje a priori pensado para la tipografía: artificioso, literario en exceso. Eso no está mal, pero de vez en cuando se echa de menos otra poesía más pegada al cuerpo, menos filtrada, más verdadera. Supongo que si todo el mundo escribiera sobre su alma, se echaría de menos la fantasía... pero lo cierto es que no abundan libros como éste" (José Ángel Cilleruelo, 1993).
*"[La] obra convence y envuelve al lector por su sinceridad y su equilibrio, por su verdad y su profundo sentido ético, entendido éste como una forma de resistencia ante el caos. Lo cierto es que he gozado mucho con la lectura de esta Carta que es una nueva epopeya de la amistad en este tiempo triste que nos ha tocado vivir" (José Lupiáñez, 1993).
*"El uso de la metáfora, por tanto, es en esta Carta triste... extremadamente sutil: sobrias pero recurrentes, forman un denso paisaje de atmósferas compactas enormemente desasosegadoras (como lo es toda la poesía de Argaya), sobre el que cualquier efecto extravagante -aún el más alejado de la pirueta exhibicionista se nos ofrece más intenso y radical. No se busca, en suma, el hermosismo, sino la palabra como revulsivo, contrastada en el pacífico océano de lo poéticamente intransitable: transgredir el lenguaje, trascenderlo por pura saturación" (Alfonso López Gradolí, 1994).
 
 Sobre Curso, caudal y fuentes del Omarambo
*"…libro, caudaloso, potente, bello. Su lectura me ha procurado casi dos horas hermosas" (Fernando Lázaro Carreter, 1997).
*"…un libro épico y originalísimo. He aquí una verdadera ruptura con toda la cochambre experiencial que nos rodea. Es un libro hermosísimo que se lee con el placer de una novela. ¡El 'Omarambo' es ya historia de la literatura! Es el libro que todo escritor sueña pergeñar al menos una vez en su vida" (Fernando de Villena, 1997).
*"[Un libro] tan absolutamente insólito como interesante" (Antonio Gala, 1997).
*"[Hay que felicitarse] por el rigor y la ambición compositivas de su primera parte (la que da título al libro), también (oh pecado) por sus dosis de innovación y apuesta, por salirse, en fin, de lo excesivamente trillado que, a lo que se ve, es lo único que ocupa el tiempo y las páginas de nuestra poesía" (Álvaro Valverde, 1997).
*"Un gran libro que supone sabia factura y profundidad de pensamiento. Una historia de amor. No solamente su forma y su mensaje interesan al lector más avisado, sino que su originalidad determina gran parte de su importancia en la poesía actual" (Miguel Galanes, 1998).
*"Se trata de un libro singular que me ha sorprendido gratamente. Al principio, parece misceláneo; luego, va reconociendo su unidad, cómo todo confluye en su centro y en él tiene (y completa) su sentido. Y el centro no es otro que el curso y discurso del río que es la vida y también la escritura. O, mejor, de una escritura que es la vida. Que no tiene sentido sin ella. [...] Luego está [...] ese 'juego' textual; esa búsqueda del rastro de la palabra o de las imágenes; ese sentido especular por el que atravesar la memoria que es la encarnación del tiempo. Es decir, la densidad y hondura que toda escritura poética debe desvelar, y debe perseguir... porque también andan por ahí minimalistas de nuevo cuño que, a toda escritura que muestra su voluntad orgánica creciente la llaman verborreica e inútil" (Jorge Rodríguez Padrón, 1998).
*"Es una obra colmada y plenamente conseguida por su honda inspiración, su originalidad y su gran contenido poético" (Luis López Anglada, 1998).
*"Destacaría la perfección formal que aprecio en él junto a los elementos alegóricos, épicos y narrativos de la primera parte, donde el viaje iniciático se convierte en trasunto de la vida humana sometida al dolor y a la muerte" (José Antonio Sáez, 1998).
*"Me ha interesado mucho; es maduro, complejo, con sinuosidades que requieren pasar despacio para no perderse, emotivo, vivencial [...] y hondo" (Ángel L. Prieto de Paula, 1998).
*"Creo de verdad que es un libro especialmente poderoso, tanto por la singularidad temática como por los modos reflexivos y los aparejos verbales" (José Manuel Caballero Bonald, 1998).
*"Así se hace la emoción, vida, la inteligencia emoción, y la palabra, poema" (Jesús Hilario Tundidor, 1998).
*"Omarambo es una conflagración de mitologías y reinos perdidos que provoca, por su originalidad, asombro, y vértigo por su hermoso delirio" (Antonio Enrique, 1998).
*"[Sus] frecuentes notas y guiños no sólo logran la esperada tensión irónica y la esperada complicidad, sino que dan origen a una serie de lecturas que producen un efecto parecido al de las muñecas rusas, en lo que no deja de ser una crítica hacia la sed de ficcionalización que caracteriza la última poesía española y que Argaya recusa sin pudor alguno. En Omarambo, en efecto, hay una clara utilización de la ficción, pero su papel consiste en crear un ámbito (el Omarambo) y no un personaje. Aquí el autor, como él mismo diría, es más que nunca Autor" (Manuel Moya, 1998).
 
 Sobre Laberinto de derrotas y derivas
*"Cada breve poema incita a la reflexión. No es un libro torrente. Es un libro brote a brote, inquietud a inquietud. Hace pensar. Poesía del intelecto, pero con mucha vida, aunque en medio del laberinto" (Rafael Morales, 1999).
*"Breve e intenso poemario en el cual el autor conjuga magistralmente una técnica impecable, un ritmo sobrio y elegante en los versos, y una emotividad contenida pero eficaz" (Juan Luis Bedins, 1999).
*"Laberinto... se entiende como una suerte de memoria final de un ciclo que podríamos titular del Omarambo, ese río alegórico en cuyo estudio cartográfico se ha venido empeñando el poeta radicado en Talavera. [...P]retende descifrar mediante simples y a la vez complejas acepciones poéticas los pequeños y grandes accidentes -los nódulos cartográficos- de un territorio donde la memoria y su reconstrucción ocupan un papel estelar. El libro, así, desentraña y revela la urdimbre de una obra que debemos calificar como inquisitiva y compleja, que se cuestiona a su vez la validez del discurso o las limitaciones del lenguaje (del método). Porque por paradójico que nos resulte -y todas las grandes obras tienen sus pies firmemente asentados en la paradoja- Laberinto..., que se formula, ya lo hemos dicho, en base a unas acepciones que debieran proyectar su luz sobre el ralo tejido de la memoria, plantea la fragilidad esclarecedora de la palabra, su incapacidad para balizar un territorio que se asienta en arenas movedizas. Laberinto... es un libro clave para entender la obra de este poeta" (Manuel Moya, 1999).
*"He disfrutado de verdad con la lectura del libro, con esos poemas breves que dan en la diana de las certezas emocionantes" (Luis Muñoz, 1999).
*"Estamos ante una obra que asciende hacia la calificación de libro sapiencial, al estilo de los veterotestamentarios Salmos, Proverbios, Eclesiastés o Sabiduría. Y defino Laberinto de derrotas y derivas como un libro sapiencial por cuanto supone una interiorización del saber, siendo éste también un rasgo esencialmente barroco [...].El libro de Miguel Argaya es, por tanto, un tránsito hacia el orden. Si en el laberinto barroco un concepto conduce a otro, también en Laberinto de derrotas y derivas la perfecta arquitectura de la obra hace que todos los términos -todos los sustantivos que aparecen desde el primer poema, 'Gramática de urgencia', a la última definición- aparezcan también el alguno de los otros poemas, quedando así no sólo explicados, sino completos y cerrados al contenerse en cada poema todos los demás términos del laberinto. Tan sólo un término queda sin explicación, esto es, no remite a través de los sustantivos que lo componen a ningún otro poema, y sin embargo todos conducen -por una sucesión de remisiones- irremediablemente a él. Se trata del término 'Silencio', única vía de salida del laberinto. [...] Con Laberinto de derrotas y derivas, Miguel Argaya renueva el Barroco esencial de las presencias y el Barroco presencial de las esencias. Un laberinto no donde perderse, sino donde encontrarse" (Jaime Olmedo, 1999).
*"...esos hallazgos entre la palabra y el silencio. Algunos de ellos muy brillantes entre la inteligencia cáustica de Paul Valery y la sensibilidad de Tagore" (Pedro J. de la Peña, 1999).
*"'Laberinto de derrotas y derivas' me ha gustado mucho, por su originalidad, su construcción, su lenguaje y su buena poesía, aquélla que no termina nunca de darnos comunicación y emoción, y que se trasciende" (Jesús Hilario Tundidor, 1999).
*"... poesía reflexiva y honda, tan lejana a la frivolidad del presente, 'Laberinto de derrotas y derivas' constituye un verdadero diccionario interior" (Fernando de Villena, 1999).
 
 Sobre Pregón de trascendencias
*"Veo hondura de sentimiento y pensamiento, riqueza temática, poesía verdadera en estos versos" (Rafael Morales, 2000).
*"Un libro que satisface, admira y sorprende [...], marca diferencias, tira, se sobrepone [...]: es hondo, sustancial, intenso y trascendente. Su palabra pesa. Su poesía vuela" (Eugenio Bueno, 2001).
*"[E]mocionado (y conmocionante) Pregón, que entra por todas las ranuras del alma sensible" (Ángel L. Prieto de Paula, 2001).
*"...libro desgarrado, duro, también lleno de ternura, aun dentro de la desolación... Me ha gustado mucho; ese sentimiento religioso que lo recorre te llena de honda intimidad luciente" (Jesús Hilario Tundidor, 2001).
*"Pregón de trascendencias es bellísimo, creo que henchido de sociabilidad, lo que me emociona en este momento social repleto de banalidades. Ver reflejados los textos religiosos -¡qué hermoso uso de la intertextualidad bien asimilada!- en un poemario tan de hoy [...] es reconfortante. Y no por lo que pueda tener de religioso: es un hecho cultural que estamos olvidando ('Venga a nos el misterio' y bienvenido sea)" (Mª del Pilar Palomo, 2001).
*"...libro [...] tan variado de tono, tan intenso, tan verdadero" (José Luis García Martín, 2001).
*"...obra [...] cargada de sensibilidad y buen oficio. Posiblemente una de las claves que distinguen a este poemario es su excelente ejecución técnica y el tono meditativo que se hace patente a través de un desarrollo rítmico muy armónico" (José María Molina Caballero, 2001).

 Sobre La Ciudad El Deshielo la Palabra
*"Frente a sus poemarios anteriores, la novedad de este libro es la complacencia, un concepto no siempre usado en la poesía de Miguel Argaya. Pero no es una complacencia inconsciente, cándida o irreflexiva, sino meditada, voraz y entusiasta. La Ciudad El Deshielo La Palabra es, por esto, un libro de tránsito, que no de transición, en que el poeta mira y admira cuanto se va encontrando a su paso en el fluir de la vida. Es un libro de madurez, de esperanzada y serena madurez en que se asume –ya se intuía desde Pregón de trascendencias- el curso descendente del río de la vida. El poeta ya no nada a contracorriente, ya no quiere ascender contra los rápidos; se acepta el curso descendente en el que, sabido el origen, no preocupa el final" (Jaime Olmedo Ramos, 2007).
*"Un remanso para el mundo de los ojos entre el bullicio y la prisa que nos rodean. Palabras que conducen al lugar donde el río termina y empieza el deshielo de tantas imposturas" (Miguel Losada, 2007).
*"Una obra plural, diversa y unitaria al mismo tiempo. Poesía de una pulcritud extrema, bien medida y rimada cuando es preciso, con oficio, sensibilidad y sabiduría, que navega con maestría por los alejandrinos y no se achica tampoco con los octosílabos o los endecasílabos. Poesía intimista y de valores éticos, personal y con voluntad de estilo, que expresa una forma de ver la vida y la realidad que nos circunda con enorme honradez y honestidad" (José Antonio Sáez, 2007).

 Sobre el conjunto de la obra de Miguel Argaya
*"Todo el quehacer poético de Miguel Argaya, desde sus primeros trabajos, viene determinado por una desolada y desoladora constatación: la del desarraigo; un desarraigo extremo, pues se manifiesta como imposibilidad agónica de acceder, desde esta dimensión, a la plenitud de la conciencia, sometida constantemente a sus propias paradojas; la constatación, en fin, de que 'vivir' no es sino 'estar en el ruido', ese 'rígido discurso de las horas' llevándosenos lejos hasta de nosotros mismos a la vez que la vida, que `corre más que nosotros' y 'se acaba perdiendo más allá del ocaso'. Una constante necesidad, por tanto, de saber que 'se es' por encima del ruido estrepitoso de lo cotidiano. Y el camino que se nos propone es el de la prospección [...]. Poesía, pues, la de Argaya, que se plantea como un continuo viaje -asumido como epopeya- hacia una tierra prometida y a la vez intuida e inefable, un grial que no sabemos, que el poeta llama 'silencio', y al que sólo podemos acceder vagamente, abocetadamente, a través del 'sigilo', esas pequeñas parcelas de absoluto que pudiéramos todavía retener en este fluir incesante. Y en esa búsqueda, en esa lucha, Miguel Argaya hace intervenir al poema por medio de su formidable potencial revelador, constrictor y a la vez ilimitado, partícipe por tanto de las mismas contradicciones que su mismo universo ético. La poesía se manifiesta así, pese a sus propias imposibilidades, como un medio muy cercano de salvación, la forma de acceder a otra conciencia, a 'la conciencia', el hombre nuevo que permita conjurar el desarraigo [...]. Es interesante también comprobar cómo la misma progresión interna que manifiesta su obra, tiene un reflejo fidedigno en su evolución formal (desde el verso desmesurado y expresivo de sus primeros compases hasta el riguroso alejandrino de esta Carta triste a Jorge), tal vez como respuesta  a una íntima obsesión por acostar el lenguaje, por encorsetar sus imposibilidades, sabedor sin duda de que toda posesión del lenguaje es en definitiva el principio de toda emancipación; de que poseer el lenguaje, acostarlo, reiniciarlo, 'conocerlo' en sentido bíblico, es abrir un orden incómodo en el magma del ruido. En este sentido, la poesía de Miguel Argaya es sobre todo la crónica de un incuestionable tránsito desde el caos (recuerdo la despuntuación de 'Heme aquí', aquel poema del 84) al orden. Pero es también, y de igual modo, la crónica de una insistencia sobre determinados elementos permanentes: su lenguaje integrador, sintético entre narratividad y liricidad, reflejo sin duda de aquel dualismo ético; la necesidad compulsiva de completar la frase (no se renuncia a nada: la sintaxis se apura hasta el final); y, por encima de todo, la urgencia de globalidad. Y es que, de modo similar a como hace Bach por la técnica del concierto más allá del lucimiento solista, Argaya se interesa más por el sentido global del libro o del poema como estructura orgánica que por el puro virtuosismo retórico o métrico. Aunque en su registro no faltan efectos puntuales de alguna originalidad, el autor procura en todo momento que no entorpezcan el sutil equilibrio del juego constructivo" (Alfonso López Gradolí, 1994).
*"Es cierto que nos hallamos ante un poeta reflexivo y de hondo pensamiento, comprometido con la estética de la vida y ética social" (Nicolás del Hierro, 1998).
*"Miguel Argaya (Valencia, 1960) está considerado como uno de los poetas imprescindibles de la última poesía española, aun cuando su discurso poco se haya empapado de las corrientes hegemónicas, en lo que sin duda ha sido una defensa de contenido casi heroico de sus propias y muy fundadas convicciones tanto éticas como estéticas. La complejidad de su discurso orientado hacia la redención metódica y casi arqueológica de los materiales de la consciencia y ese tan cierto como voluntario alejamiento de los circuitos literarios en boga, hacen que su obra, sólida y premiosa como pocas, tenga cierta vocación de marginalidad y extrañamiento. Cada uno de sus libros se concibe como un promontorio desde el cual Argaya consigue organizar, desde la revelación, su propia e íntima cartografía, de suerte que su obra podría leerse como la reconstrucción topográfica de un territorio perfectamente balizado, en el que un río, el Omarambo, supone su eje central, donde van a parar los distintos acuíferos (las distintas memorias) y toda esa gran cantidad de elementos que la sedimentación ha ido integrando a lo largo de sus cauces" (Manuel Moya, 1998).

 Fragmentos extraídos de textos no específicamente dedicados a la obra de Argaya, en los que ésta se toca de manera tangencial
*"Un tratamiento distinto de la cotidianeidad puede verse en un poema de Margarita Merino, 'Una mujer mira a la distancia', en el que los objetos y enseres de la casa, su orden y su cambiante relación sirven para objetivar y describir otro emocionado movimiento: el del paso del tiempo no sólo en ellos sino en nosotros mismos. Esto -que se combina con la temática urbana y que traduce los múltiples reflejos de la sociedad de consumo- aparece en otros, elevado a sistema de representación y convertido en elegía urbana (así, en García Montero y Miguel Argaya)" (Jaime Siles, 1991).
*"[M]ás extendida que tal pretendida tendencia hacia el 'realismo crítico', lo es una decidida inclinación hacia la narratividad, que ha alcanzado en estos años a escrituras tan dispares como las de Talens -a partir de Tabula rasa (Madrid, Hiperión, 1985)-, Ramón Irigoyen o Miguel Argaya. En estos dos últimos se detecta también una clara tendencia a la utilización de coloquialismos, como sucede en otros jóvenes, como Carlos Marzal (El último de la fiesta, Sevilla, 1987) o Luis García Montero (El jardín extranjero, Madrid, 1989)" (José Luis Falcó, 1991).
 
 ARTÍCULOS EN PRENSA DIARIA
Crítica literaria:
1.       “Amós Belinchón, la poética de la rebeldía imposible”, en diario Las Provincias de Valencia, 9.VIII.1985.
2.     “Gradolí, sumergido y emergente”, en diario Las Provincias de Valencia, 1.XII.1985.
3.     “El adjetivo en Aleixandre”, en diario Las Provincias de Valencia, 8.XII.1985.
4.     “Taléns, artesano”, en diario Las Provincias de Valencia, 4.V.1986.
5.     “J.J. Padrón, tras la luz de los abismos ciegos (1)”, en diario Las Provincias de Valencia, 6.VII.1986.
6.     “J.J. Padrón, tras la luz de los abismos ciegos (2)”, en diario Las Provincias de Valencia, 13.VII.1986.
7.     “La luz, de otra manera, de Vicente Gallego”, en diario Las Provincias de Valencia, 24.VIII.1986.
8.     “La luz, de otra manera, de Vicente Gallego”, en revista Ínsula, Julio-Agosto.1986.
9.     “Un libro insólito”, en diario Las Provincias de Valencia, 4.IV.1987.
10.  “Samuel Ros”, en diario Las Provincias de Valencia, 11.IV.1987.
11.   “Los Trans-Textos de Jaime Siles”, en diario Las Provincias de Valencia, 9.V.1987.
12.  “Parerga y Jaime Siles”, en diario Las Provincias de Valencia, 24.IX.1987.
13.  “Javier Salvago, Momentos”, en diario Las Provincias de Valencia, 1.X.1987.
14.  “Una demostración de fuerza escénica”, en diario Ya de Madrid (sección de Toledo), 19.VI.1988.
15.  “El tema del Mito Histórico en El golpe de Estado de Guadalupe Limón, de G. Torrente Ballester”, en cuaderno trimestral Omarambo de Talavera, nº 5, cuarto trimestre de 1990.
16.  “Antonio Carlos González, Al otro lado del nombre”, en diario El Día de Toledo, 20.I.1991.
17.  “Los cuadernos de Emilio Coco”, en diario El Día de Toledo, 26.V.1991.
18.  “Ora poética (1966-1996), de Justo Jorge Padrón”, en anuario Norma de Valencia, nº1, Talavera,1998.
19.  “Glosolalia, de Ángel García López”, en anuario Norma de Valencia, nº1, Talavera,1998.
20.“La poesía desolada de Marcelo Arroita-Jáuregui”, en anuario Norma de Valencia, nº 2, Talavera, 1999.
21.  “Cuaderno de Nueva York, de José Hierro”, en anuario Norma de Valencia, nº 2, Talavera, 1999.
22.“Tu dulce sombra pensada, de Antonio Carlos González”, en anuario Norma de Valencia, nº 2, Talavera, 1999.
23.“Habitación con islas (Antología 1984-1998), de Manuel Moya”, en anuario Norma de Valencia, nº 2, Talavera, 1999.
24.“Milenio, ultimísimo poesía española (Antología), de Basilio Rodríguez Cañadas; y De lo imposible a lo verdadero. Poesía española 1965-2000 (Antología), de Antonio Garrido, en anuario Norma de Valencia, nº3, Talavera, 2000.
25.“El tiempo de la vida, de José Luis Martínez”, en anuario Norma de Valencia, nº3, Talavera, 2000.
26.“El ciclo telúrico de Justo Jorge Padrón: de Oasis de un cosmos a Hespérida”, en “Homenaje internacional a Hespérida, de Justo Jorge Padrón”, Revista Hispanoamericana de Literatura de Perú, nº 7-8, Abril.2007.
Teoría literaria:
1.       “La escondida melodía de cada generación poética”, en diario Las Provincias de Valencia, 17.IV.1983.
2.     “Gracias, Gaceta Literaria”, en diario Las Provincias de Valencia, 15.IV.1984.
3.     “Sobre el proceso narrativo cinematográfico”, en diario Las Provincias de Valencia, 15.VII.1984.
4.     “No nos entenderemos nunca con Mr. Cyborg”, en diario Las Provincias de Valencia, 14.IV.1985.
5.     “El poema de Gilgamesh, o la literatura como justificación”, en diario Las Provincias de Valencia, 23.III.1986.
6.     “La poesía española en los ochenta”, en diario Las Provincias de Valencia, 4.VII.1987.
7.     “Penúltima poesía última”, en diario El Día de Toledo, 4.II.1991.
8.     “Una justificación, y antología de poesía joven”, en cuadernillo La Factoría Valenciana de Valencia, nº 3, 3.X.1991.
9.     “Fuera máscaras (para una poesía de la presencia)”, en cuadernillo La Factoría Valenciana de Valencia, nº 35, 27.X.1997.
10.  “Fuera máscaras (para una poesía de la presencia)”, en anuario Norma de Valencia, nº1, Talavera, 1998.
11.   “Para una teoría del sentido en la creación poética”, en anuario Norma de Valencia, nº3, Talavera, 2000.
12.  “A vueltas con el Yo en la obra de arte”, en anuario Norma de Valencia, nº 4, Talavera, 2001.
13.   “Poesía española en la segunda mitad del siglo XX”, en Olmedo, Jaime y otros: Sobre el caudal del tiempo (Verso  Prosa en el siglo XX), Talavera, Ayuntamiento, 2004; págs. 145-195.
Creación literaria:
1.       “Gurugú, una revista sin pie de imprenta”, en diario Las Provincias de Valencia, 22.X.1981.