martes, 8 de julio de 2014


Y SE ACABA EL DÍA

Y con esto cierro este blog por hoy. No sé mañana... El tiempo tiene razones que la razón no entiende. En fin: no sé si hay alguien ahí, si lo ha habido en algún momento. Toc, toc. En todo caso, no he querido ser otra cosa que lo que soy, que lo que la vida me deja ser. Como le acabo de decir a mi oíslo: "Sancho nací y Sancho pienso morir". Sea. Hasta mañana.

EX ABUNDANTIA CORDIS
 
Que significa que de la abundancia del corazón habla la boca. O sea: que al final, por mucho que intentemos ocultarlo, somos lo que decimos. Que somos verdad, vaya, aunque esa verdad que somos no diga de nosotros otra cosa sino que mentimos.

UNO

  

Presentí que debajo de la leve colina,
en el eco fugaz de un conticinio,
surgirían las piezas, los vestigios, las cráteras
desmedradas.
 

Presumía su cuerpo
condenado al exergo de una ceca:
un reflejo irisado de piedra opalescente
emergiendo de restos como signos
mucho tiempo olvidados entre kilos de historia.
 

Los indicios la hacían residir en la tierra,
en el campo profundo de los ecos
y las sombras,
y avanzaba en mis páginas
dando luz a la incierta presunción del hallazgo.

 
Fue preciso forzarla:
   sus contornos
se ahogaban a espasmos bajo tierra.
 
 
          ©Miguel Argaya
 
(De Elementos para un análisis específico de los poblamientos indígenas)