martes, 8 de marzo de 2011

CINCO DÍAS EN EL POZO

Vuelve el viajero tras cinco días en el pozo. Regresa exhausto, pero también renovado. Sabe que durante esos cinco días, durante esas cinco vidas, el Omarambo fue el Erebo. Y sabe que ha sobrevivido. Mira el bagaje que le queda, escaso, casi inexistente, y se sonríe. Algo ha ganado: acaso la póxima vez sea su caída menos grávida y profunda. 

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