viernes, 4 de marzo de 2011

EL CENAGAL

Día cuatro. El mundo se revuelve en su cenagal de petróleo y sangre con miles de muertos como aliño. Hace unos pocos segundos, acaban de asesinar a una mujer cuando aún descansaba -feliz y confiada- en el vientre de su madre. Alguien, ahora, está vendiendo en almoneda su orgullo y su jornada. Un niño se hace viejo de golpe a manos de un adulto. Mientras la razón absoluta y la sinrazón se disputan los despojos de la razón razonable, el superhombre de Nietzsche, más allá del bien y del mal, rompe y desordena despreocupadamente los juguetes de todos.

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