miércoles, 2 de marzo de 2011
LIBERAD A APOLO
El reciente colapso de la fiebre del oro ha dejado en cada cual una fría pátina de decepción; pero ésta no logra encubrir del todo la verdad: la de que si el charco finalmente se serena, volveremos a la fiesta, a tirar de planeta sin tasa ni medida, con el mismo escrúpulo -o falta de él- que hasta ayer. Mucho me temo que cuando el cíclope neurótico de Röcken proclamó el superhombre, la suerte quedó echada. Desde entonces, el culto a Dionisos sigue teniéndonos embelecados, adormecidos entre tanta bambalina y tanta lentejuela. Yo, sin embargo, no me rindo. Reclamo desde aquí una partida para liberar a Apolo de su exilio.
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Excelente grajea. Mi celebración a tu vocabulario y a la referencialidad.
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